Lagunas, aves exóticas, comida deliciosa, olas para practicar surf o disfrutar desde el aire con el paracaidismo, son sólo algunas de las actividades que este hermoso sitio ofrece a sus visitantes.
Ciudad de México, 10 de octubre (SinEmbargo).- Dice una canción que "en el mar la vida es más sabrosa" y viajar a Puerto Escondido es visitar un lugar de relajación, tortugas, vida nocturna y mucho sabor.
Puerto Escondido es uno de los lugares más conocidos de Oaxaca lleno de aventura, belleza, maravillosos paisajes y tradiciones que con sus siete playas te conquistará. No por nada es uno de los destinos favoritos de mexicanos y extranjeros.
Lagunas, aves exóticas, comida deliciosa, olas para practicar surf o disfrutar desde el aire con el paracaidismo, son sólo algunas de las actividades que este hermoso sitio ofrece a sus visitantes.
Lo que sin duda se debe realizar en este hermoso lugar es liberar a una tortuga bebé a la que debes bautizar y dar tus mejores vibras para que logre convertirse en una adulta. Estos pequeños animales son colocados en un tipo de jícara (nuestras manos tienen químicos de diversos productos o pueden estar sucias y provocarles enfermedades) la cual se coloca en en la arena y se inclina para que la tortuga empiece su recorrido hacía el mar y su lucha por sobrevivir. A lo largo de la playa encontraras diversos lugares para participar en esta actividad, en la Playa Bacocho existe un punto de liberación en el que se te da una plática informativa para concientizar y se procede a dejar ir a las pequeñas tortugas al mar por un precio accesible.
Las playas de Puerto Escondido: Playa Principal, Playa Marinero, Puerto Angelito, Playa Manzanillo, Playa Carrizalillo, Playa Zicatela, Playa Bacocho y Punta Colorada, son consideradas por los surfistas de las mejores para dominar sus olas. Si te gusta este deporte no pierdas la oportunidad para practicarlo y si lo tuyo es observar también puedes presenciar el Torneo Internacional de Surf y los campeonatos mundiales en los que participan expertos.
Una experiencia enriquecedora es visitar el mercado y platicar con la gente, apreciar las artesanías, las blusas bordadas, probar los camarones con mole, chapulines con guacamole o las tlayudas acompañadas de un mezcal.
Después de ver sus magníficos atardeceres puedes dirigirte a El Adoquín, un corredor turístico que se llena de música proveniente de los bares y restaurantes que ofrecen una fiesta a sus visitantes cada noche.